El sector de la asesoría de empresa, en especial la fiscal y contable, no es ajeno a la denominada transformación digital que invade el resto de la economía en muy diversas manifestaciones. En la asesoría, factores como la robotización de actividades recurrentes o la automatización e informatización de trámites tributarios, fomentada a marchas forzadas por las autoridades fiscales para conseguir un mayor control sobre el contribuyente, obligan al asesor a actualizarse o morir. Uno de los grandes retos son los programas informáticos de gestión contable y fiscal, parientes menos desarrollados de los grandes ERP (enterprise resource planning osistemas de planificación de recursos empresariales).
Existen multitud de programas informáticos para la gestión contable, para todos los tamaños de empresa, sectores y bolsillos. Desde los más elementales, como los creados por la empresa SAGE, pasando por utilitarios más avanzados, como pudieran ser Navision, o el que nos ocupa en este artículo, A3, hasta verdaderos Cadillacs, como SAP.
En esta ocasión nos centraremos en A3, el programa abanderado por la editorial Wolter Kluwers para competir con sus similares de otros grandes editores globales y gigantes tecnológicos, como pueden ser Navision, Contaplus, etc.
Para el segmento de pymes y asesores, A3 representa una de las opciones más extendidas del mercado. Si bien es cierto que sus propiedades como software integrado son más limitadas que las de los grandes ERP, como el de SAP, su nivel de automatización, así como la inteligencia artificial que conforman el programa, hacen que muchas veces el software realice una interpretación avanzada de normas tributarias con mayor precisión y exactitud que el mejor de los asesores fiscales.
Pero, como toda tecnología, para su óptimo aprovechamiento requiere formación, en otro caso es fácil perderse en el software empleando más tiempo del debido en su correcta comprensión y arriesgándose a cometer fallos en el uso que den al traste con el espíritu inicial de la tecnología: facilitar y simplificar procesos empresariales.
El CEF.- lleva formando, a los futuros y actuales fiscalistas, en la transformación digital del sector, con programas académicos para la docencia de los principales medios tecnológicos con los que cuenta el asesor en los tiempos actuales, de los que es un buen ejemplo el Curso Práctico de Gestión Contable-Fiscal con A3 Software.
Ricardo Seoane Royo
Abogado, asesor de compliance, estrategia e innovación