Estas ayudas, destinadas a trabajadores accidentados laboralmente, son independientes y compatibles con las prestaciones reglamentarias de la Seguridad Social. Sólo en 2013 se beneficiaron de ellas 11.273 trabajadores accidentados y sus familiares por un importe total de 22,5 millones de euros, según datos del sector.
Las mutuas han destinado más de 125 millones de euros para ayudas de asistencia social en el periodo comprendido entre 2006 y 2013. Estas ayudas, destinadas a trabajadores que han sufrido un accidente laboral, son independientes y compatibles con las prestaciones reglamentarias de la Seguridad Social.
Se trata de unas ayudas extraordinarias para trabajadores que, como consecuencia de haber sufrido un accidente de trabajo o una enfermedad profesional, tienen una incapacidad permanente reconocida (o una situación de incapacidad temporal con previsión de invalidez permanente al alta médica) y se encuentran, además, en un estado concreto de necesidad o requieren ayuda para su reinserción laboral y acreditan carecer de medios económicos para hacer frente a la situación.
Además, la Comisión de Prestaciones Especiales que concede estas ayudas gestiona también prestaciones para los familiares o personas asimiladas de trabajadores fallecidos en accidente laboral o por enfermedad profesional, que estén pasando situaciones concretas de necesidad económica objetivada.
La cuantía de las ayudas la determina la Comisión de Prestaciones Especiales en función de la valoración de necesidad social determinada, el estado de necesidad del trabajador o beneficiario, los ingresos de la unidad familiar en referencia con el Indicador Público de Renta a Efectos Múltiples (IPREM) anual, y de la disponibilidad de la Reserva de Asistencia Social que tenga la mutua.
Balance año 2013
Solo en 2013, las mutuas concedieron un total de 22,5 millones de euros en ayudas sociales, con un gasto medio por trabajador de 1.994 euros (un 4% superior a 2012).
De ellos, la mayor parte (37%) se destinó a sufragar ayudas de tipo económico como los gastos de alquiler o hipoteca de la vivienda habitual. En segundo lugar se encuentran las ayudas por estudios, cursos y planes de formación orientados a la reinserción laboral del trabajador, con un 13% sobre el total, seguido de las ayudas para la adaptación de la vivienda habitual (eliminación de barreras arquitectónicas, etc.) y otras ayudas técnicas, con un 7%.
El resto de ayudas, aunque con un porcentaje significativamente menor, son para la adaptación del vehículo, atención psicológica, ayudas familiares o por defunción, así como las prótesis, audífonos o sillas de ruedas.
REVISTA ACTIVA .-SEGURIDAD SOCIAL